lunes, 6 de diciembre de 2010

¡ CUANDO EL FUTURO NOS ALCANCE ! MIEDO AL CAMBIO.























Hay quienes tienen miedo a la siguiente etapa.

Aunque si somos estrictos diríamos que todos tienen o han tenido en algún momento miedo al "siguiente paso". Esto es válido tanto para el niño que padece insomnio mientras se aterra del momento de su crecimiento o su muerte, como para el adulto que tiene miedo al compromiso que implica el matrimonio.

¿Verdad que yo nunca me voy a morir mamá? o ¿verdad que yo no voy a crecer?

Son preguntas muy comunes entre las pequeñas criaturas cuyas mentecillas no pueden procesar aun el cambio (en muchos adultos con mentecillas, pasa lo mismo). El miedo a lo desconocido, a lo nuevo a lo incierto, es una condición fundamental del ser humano, pero nos jactamos de ser una especie con la infinita bendición del raciocinio dominante sobre los instintos, lo cual es por supuesto falso, nunca dejaremos de ser víctimas circunstanciales de los mismos.

Tras del miedo a crecer o a morir, surgen nuevos miedos emanados de una etapa distinta la pubertad, la adolescencia, la adultez, la madurez, la vejez etc.

Miedos y auténticas fobias al cambio que van respaldadas por causas muy variopintas:

Al fracaso, al desamor, al compromiso, a la responsabilidad, al esfuerzo, al éxito, a la pobreza, a la riqueza... vamos, para acabar pronto el ser humano le teme a todo lo que implique un leve cambio en su rutina.

Habrá gente que contestará (Khristo) que ellos no temen a nada, pero eso es absolutamente falso (nada es absoluto, pero eso es absolutamente cierto y punto).

El miedo, es lo que nos recuerda en nuestro autoregodeo, suficiencia, presunción, soberbia. Que no somos nada, es lo que hace que por dentro nos sintamos como vulnerables y desprotegidos, es por eso que adoptamos filosofías, ideas, actitudes, que nos hagan sentir menos solos y a merced de la nada.

El miedo, nos devuelve a lo más profundo de nuestro ser, nos prepara para huir, para escondernos, en casos extremos incluso a pelear, pero como se pelea contra circunstancias, contra entes no tangibles, escurridizos y difíciles de confrontar. 

¿Cómo perder el miedo... a nosotros mismos?

Eso, queridos lectores... me da miedo solo de pensarlo.

1 comentario:

  1. Qué bonito y emotivo, casi lloro... Me parece, mi estimado, que el miedo es producto de una sensación externa. ¿Miedo a nosotros mismos? No mames. Aunque no lo descarto, el único miedo es la posibilidad de no hacer algo, es el arrepentimiento por no haberse lanzado al vacío. Miedo es no decir, no decidirse, no lanzarse al vacío. Eso es miedo, lo demás, consecuencias.

    ResponderEliminar